
¿No funciona tu dieta? Puede ser por esto
La dieta empieza bien, logras bajar unos kilos, pero los recuperas fácilmente. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentario, hay varias razones por las que esto puede estar pasando.
– Para bajar de peso sanamente debe ser de forma gradual, paulatina y moderada. La ingesta calórica recomendada está entre 20 y 25 calorías por cada kg de peso y si consumimos menos de este valor podemos tener deficiencias nutricionales que causan problemas de salud y una recuperación más rápida del peso perdido. Esto último es muy importante porque las dietas con muy pocas calorías hacer perder proteínas musculares y bajan la velocidad de nuestro metabolismo, causando el efecto rebote.
– Debes tener un aporte equilibrado de nutrientes repartido en todos los grupos alimentarios:
– Se necesita un mínimo de hidratos de carbono diarios para el funcionamiento correcto del sistema nervioso, corazón y células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Aproximadamente entre el 40% y 50% de las calorías de una dieta deben ser aportadas por los hidratos de carbono. Estos se encuentran en grupos alimentarios que no deben dejar de consumirse como:
- Cereales (trigo, avena, centeno, cebada, etc.) y sus derivados (pasta, pan, cereales de desayuno, etc.).
- Arroz
- Tubérculos
- Legumbres
- También contienen hidratos de carbono, las verduras, las hortalizas y las frutas
- Las bebidas azucaradas y otros dulces también contienen hidratos de carbono (azúcar), pero no son aconsejables en las dietas para perder peso
– Entre un 10% y un 20% de las calorías de la dieta deben ser aportadas por las proteínas. ¿Dónde las encontramos? Sobre todo, en la carne, el pescado, los huevos, el queso curado, los frutos secos y lácteos
– El 30-35 % será aportado por la grasa. Eso sí, hay que tener en cuenta que no todas las grasas son iguales.
-Es muy importante que se mantenga este reparto equilibrado de nutrientes aportados por los distintos grupos alimentarios. Esto significa que, si queremos perder peso, lejos de fijarnos en regímenes basados en una sola clase de productos, deberemos apostar por dietas que contengan una gran variedad de alimentos (en las cantidades adecuadas, claro está).
-En la medida de lo posible, evitar ser ‘autodidactas’ y acudir a médicos y nutricionistas que nos ayudarán a conseguir nuestro objetivo ya que cada organismo es diferente.